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Mi antología de escritura creativa



Creando la vida que queremos

Vivir feo, pensar lindo. Así no. No se puede.


Ni vivir lindo y pensar feo, ni hacer todo para no vivir adrede.

Una vida por delante, mucho miedo por detrás.

Creyendo que te escapas, no sabiendo a donde vas. 


Oportunidades fallidas crean nuevas que no tomamos. 

Fracaso, que se mete en cualquier rincón donde nos descuidamos. 

Somos débiles de mente, frágiles a cualquier derrumbe 

Buscando persuasión en contra de lo disuasivo, como de costumbre


Crecer, creérsela, pensar. 

En grande, hacia adelante, sin parar.

Cuestión de seguir, armar, destruir y recuperar. 

En círculos, sí, pero moviéndose, atentar. 


27/10


Mañana


Domingo, 6 de noviembre. 


Y empiezo el día escribiendo. Sentía un sopor en la cabeza de no poder dormir más. Las ganas de buscar productividad después de haber estado compartiendo la felicidad de alguien más me acechan. Me soñé con mis amigos de la casa. Di vueltas en la cama cien veces, a veces con frio, otras con calor. Otras con sed, otras con pesadez. Otras despertándome, mirando el reloj y sabiendo que podía dormir más. Pero sin ver la hora de que mi alarma sonara y me pudiera parar del todo. 


La dinámica de vida siendo estudiante en un campus universitario es muy diferente. Hay mucha independencia implicada. Muchas decisiones, pero al mismo tiempo todo está diseñado para que esas decisiones sean lo menos frustrantes posibles. Algún estudiante lejos de casa podría perfectamente tener su rutina de ir a su cuarto, gimnasio, tener todo organizado, ir a comer a la cafetería con un sistema de pases que ya está establecido, y calculado para no tener que pensar en la plata. Para mí es más incierto pero igual de bueno. Me ha tocado decidir más, moverme más, ser nómada en mi propio ambiente y dejar ciertas comodidades y conveniencias de lado. Pero al mismo tiempo estoy muy bien parada. 


Este fin de semana estuve en la casa de unos ex-alumnos de la universidad. Me inspiró de tranquilidad entender el amor que le tienen y lo agradecidos que están con lo que Emory les dejó a cada uno para la vida. En su casa me sentí en la mía, y me acordé de lo lindo que tiene la hospitalidad. Ayer en una taquería de Inman park, Pure Taco, con buen ambiente y mucho ruido del bar, la emoción de la gente viendo a Georgia State jugando contra Southern Miss. Una enfermera que no me oía nada, por su audición en deterioro, me preguntó 5 veces que qué estudiaba. 


Hoy estuve en una charla, como parte de mi voluntariado de paz. Hablamos con la gente que forma esta comunidad pluridimensional, ética, religiosa. Oí la presentación de Tenzin Rabga, un monje tibetano que hace parte de un fellowship de dos años en ciencias. Me gustó entender la disciplina, el rigor, la vocación y la cultura de respeto y aprendizaje que tiene la vida monástica. Es algo que respeto mucho. 


Por la tarde estudié, por la noche estuve en una comida con otra ex-alumna, y empleada en la universidad. Prototipo gringo, una señora muy agradecida con la vida y con las oportunidades que le ha dado la red de ex-alumnos, las conexiones que ha formado con su comunidad, y muy dispuesta a ayudarme a encontrar a mi red de apoyo en la universidad. No fue hasta que hablé con ella que se sentí que mis relaciones con mis mentores han sido hasta el momento algo utilitarias... y que hay mucho más allá. 


Appalachian Answers


"When the mountain is far, go for it. It might go better than not going at all."


No fueron solo 4 días de avena remojada, puré de papa pulverizado, armar y desarmar carpas, pedos olorosos de todo el campamento, frutas secas, atún en sobre, riesgo de osos, e ir por agua en cada campamento. A lo que viví le dicen diversión de tipo 2, porque tipo 1 es donde uno se está divirtiendo como participante de una actividad, con todas las responsabilidades resueltas y solucionadas por alguien más. Mis diversiones de tipo 2 (y a veces hasta 3) han sido: irme a Bahía Málaga con un grupo de desconocidos y volver a las 4 de la mañana un martes. Ir a Guatavita como staff asistente y voluntaria, para hacer todo el trabajo de un Staff normal. Habiendo dormido nada. En fin... la dormida es clave sin importar el plan. Mejor si es dormir en la casa lo que más se pueda, en vez de en un bus por la carretera de la línea en la mitad de la noche. 


Kristen, la Directora de nuestra excursión, nos leyó The Perfect High. Este poema llegó en el momento perfecto. Logró sacarle a todo el mundo una risa loca. Logró que me diera una euforia y que se me llenara el corazón de gratitud. Cuando buscamos tanto la respuesta, no logramos disfrutar el proceso ni darnos cuenta que la satisfacción no es un punto final, sino que es parte del recorrido. 


Welcome to your world


One that's yours to explore and discover. It's up to you to look for whatever you like in it. There's many things to do around here. If you feel comfortable, go on as you've been born and raised and take it easy. If you don't, feel free to escape. Go somewhere. Meet someone. Dance with a stranger in the dark. Horseback ride in Iceland or something. Create the life of your dreams by floating around and believing in yourself and everything you're capable of. Listen to strong guitar strumming, be it Shawn Mendes or John Mayer, or maybe Vance Joy. Or none of the above. And become inspired to create, write and draw. Design. Make. Let your inner child out for a little while, feel un judged, don't judge. Look at yourself in the mirror (if you have one) with appreciation, with a smile, say hi to yourself and talk nicely. Smile at that cool face that you see before you, even if it looks different every day. You're ever changing, undergoing transformations every single day. And that's what makes us human. Show your emotions, cry, scream, hug and compliment. And don't be afraid to fail cause guess what? We all do. 


April 2, 2023


Ciudad del sur en lista


Árboles que florecen, 

verde eléctrico.

Tardes de perros paseando .

Croissants de pistacho con fresas para el fin de semana,

lattes. 

Gente en la piscina en tarde de barbecue.

Afro beats y canciones viejas.

The slow rush

Pale skin and red cheeks

Carrot cake and cheesecake

Amor propio y de los demás

Correr por los corredores 

Abrazos y John Mayer.


La vida

Hace un par de días semurió una amiga mía. Amigas de esas con las que uno no habla todos los días, pero que en el colegio llegamos a ser muy cercanas. Cuando entré a primero, me acuerdo que ella fue mi buddy, la que me hizo la inducción. Pasamos un día entero juntas, yo en mi sudadera de transición, sentada en el escritorio de su clase, que sería mi escritorio para el año siguiente. Ella con su uniforme de corbata de Beatty y falda, y me dijo, feliz, que su mamá era la enfermera del colegio. 


Dos años después, empecé a madrugar a Basket a las 5:30am. Me iba en el bus de bachillerato para llegar a las canchas frías del Covered Area, con las manos secas rebotando los balones de basket– destemple máximo. Vale estaba en el equipo. Desde ese momento nos volvimos super cercanas. Me hacía reír mucho, me apoyaba en los partidos, era la primera en chocarme la mano cuando metía un tiro libre, y siempre estaba pendiente de mí. 

Siempre me hizo sentir incluida, especialmente cuando era la única chiquita en el equipo de juvenil. Ella realmente vivió su vida, siendo una niña ejemplar en el colegio, esforzándose, destacándose, pero con humildad. Nunca la vi brava con alguien. Siempre sacándole una risa a alguna de sus amigas. 


De un momento a otro, la vida se puede acabar. Sin explicación, sin preferencias. La muerte se lleva al que sea, no discrimina, no escoge. Me trae felicidad saberlo: Vale vivió su vida al máximo. Se fue de intercambio, hizo un año sabático increíble.  Me trae tristeza no haber hablado con ella hace un rato. Me rompe el corazón pensar en su familia. Si yo estoy triste no me imagino los demás. Agradezco por mi vida, y me he puesto a pensar en cómo vivirla mejor, cómo ser más intensional, y cómo vivir cada vida pensando en la mínima probabilidad de que podría ser el último. Creo que la parte que más me asusta es que uno no sabe que es su último momento hasta que algo pasa. 


Después de pensarlo, me di cuenta de que todos los días toca agradecerle a la vida, estar pendiente de sus amigos, valorarlos el triple, no estar ausente. Ser partícipe de nuestra propia vida, armar una historia que nos encante, y vivirla sin esperar a ser mayores, al momento dado en que nos graduemos o lleguemos a cierto punto.  


21 de marzo, 2023.


Otoño con todos sus colores


Es la primera vez, que puedo ver, las hojas caer, y el atardecer, cielos rojos con hojas, que hacen que, el piso, parezca un descuido, en verde y amarillo, a alguien se le olvidó barrer, y quedan las manchas, como el sol, impredecible pero empedernido, y el naranja en las ramas y en las calabazas, que no faltan en cada esquina, cada casa, cada rincón. 


Ambiente cálido, en el que se crea, con cada cambio, una excusa, para hacer planes, decorar galletas, pintar calabazas, mezclar cosas, especies, sabores, sentirse en casa, pero no una casa física, sino temporal, la de estar otra vez en una temporada que se siente especial, en la que está bien ir de fiesta, sacar alter egos, estar ocupado y no estarlo a la vez, sintiendo que el mundo se va a caer encima con los trabajos y fechas limite, pero poniéndonos mas cosas encima, disfrazando nuestra responsabilidad como disfrazamos nuestra personalidad. 


Now


Checkered pants

Singing when there’s noise 

The most novel, dubious slant 

Jittery, cracked; hands, voice.


Vein across the forehead

Twitching corner of the eye 

Dressed up in suits and eating bread 

With nothing underneath, but stale rye.


One, just one eerie flowering tree

Got Dainty flowers and stress all mixed 

And muting yourself when you’re about to pee

Longing, not trying, to get it all fixed 


Can’t get enough of Clattering ice cubes 

Nor staying up till 2 waking up

during a storm, thinking your house 

is flooding but it’s (just) your mind.


Lo lindo y lo feo de romantizar la vida


 "todo es claro, aunque parezca oscuro. Todo es lindo, aunque parezca feo". 


Creo que esta frase (investiguen de dónde es y al final le digo) resume el propósito de romantizar las cosas. La vida. El día a día. La estética materialista de las redes (o coloquialmente los "aesthetic vibes" de la gente de Tik Tok, VSCO, Instagram y antes Facebook y Tumblr), nos hace querer una vida de color rosa. Para poder sobrevivir el día a día nos imaginamos lo más lindo y lo más lograble del día siguiente. 


Nos ponemos tareas pequeñas que cobran vida y nos dan mucha satisfacción. Nos damos gustos pequeños que nos sacan una sonrisa, o actividades sin aparente trascendencia que sirven como cortina de humo para lo feo del día. Son cosas que nos dejan distraer la mente. Nos dejan volverla latente al rumbo de números, cuentas, clientes, jefes, proveedores y responsabilidades adultas. 


Mi hermana le preguntó a mi prima sobre el trabajo que cómo no entraba en crisis. Que qué carajos hacía para sobrevivir su día cuando ya se le acababa su "iced coffee" y ya había pasado la novedad de su atuendo escogido. 


Esta actitud parece un poquito la de alguien que se encarga de trabajos mecanizados y que no tiene muchas aspiraciones en el trabajo. O, también, de alguien que está muy perdido y no tan feliz con lo que hace. O, una tercera alternativa, alguien que reconoce la dificultad de las labores del día y simplemente materializa el positivismo a través de iced coffee, para hacer cada momento más tolerable o digerible.


Lo detallistas que somos con nosotros mismos depende de cada persona, claro. Puede que Einstein no cambiara de ropa, porque simplemente no tenía el tiempo (o no le quería dedicar un rincón de su cerebro) a pensar en qué ponerse. Puede que Steve Jobs, y la mayoría de emprendedores hoy en día se vistan con básicos de Uniqlo. Pero también hay quienes se sienten más productivos si cada día escogen una pinta. Por el simple hecho de bañarse y arreglarse distinto, el día se aborda con emoción, actitud y una sensación de logro... por más mínimo que sea. 


Puede que esté pasando por el peor momento de la vida. Pero salir de la cama y comer su comida favorita, hacer su hobbie preferido, o ducharse y ponerse presentable seguramente lo hará sentirse mejor. Romantizar la vida es hacer énfasis en esos momentos y detalles que a veces ignoramos por ver el panorama completo. Lo problemático es cuando se ignora el panorama completo y nos enfocamos solo en los detalles lindos. Dejamos de vivir en el mundo y empezamos a vivir en una burbuja auto inducida. 


Por ejemplo, Nueva York. Sí, un video de los rascacielos, Central Park, el helado más rico y un brindis de vino rosado en un rooftop nos hacen sentir la vida que queremos. Pero rotar un poco el ángulo de la cámara revela la polución, la indigencia, la pobreza, desigualdad, contaminación y la soledad. De pronto para fijarnos en estos otros detalles tenemos que coger impulso comiéndonos el helado más rico. (Remedio para la salud mental). Pero es mejor comerse ese helado, botar la cuchara y seguir caminando para ver los problemas con la seriedad que se merecen. 


La frase es de Leo Rizzi, un cantante uruguayo. Canción dedicada y "estética": Amapolas. No podemos criticar a la hija de Paloma Valencia. Más bien romanticemos la parte de su vida en la que es mamá y escribe cuentos infantiles ilustrados sobre brujas.

Pero, así es la vida, muy caprichosa: A veces negra ¡y a veces rosa! 


13/01/2022


Plath Vibes


There was a great silence when the elevator door closed as the remaining guests left. With a fading smile drooping down my face, I placed down my finger and weakly started the kettle, lied down, and felt the headache coming back once again. Thinking it was due to having laid down, I went back to the kitchen, and with my head against the wall was hypnotized by the splurging bubbles audible from the already lukewarm water. I stared down at my hands: my miserably broken nails, crippling under the worn out terra-cotta polish. I felt my lips sore, dry and hot, probably from my constant involuntary nagging. The only thing I could think about was how sad I had suddenly become. But why was I sad, after having spent what seemed like one of my happiest days of the season? It was as though i'd spent the whole day in my transition into depression season. 


Recorrido en bus


Eran curvas y curvas en cada callejón, que con el freno anterior agudizaba mi mareo. Las ramas de los árboles contiguos a las calles estrechas pegaban contra los vidrios frágiles del bus y creaban una impresión de que ya todo quedaba expuesto. Pasaron tres señoras, algo toscas, paseando a sus dos perros, cada uno igual al otro y a sus dueñas. Su sombra se veía difusa sobre el pavimento, estupefacta por los charcos de la llovizna de la tarde. Por fin llegamos al hielo. La carretera parecía nunca terminar, y con cada metro que avanzaba el vehículo hacia delante, se sentía la superficie lisa, sabiendo que cualquier peso extraordinario, cualquier vehículo que se nos acercara en el camino, causaría una ruptura en la fina capa sobre la cual nos desplazábamos tan seguramente dentro del bus. Ya no eran curvas. Ahora era solo una velocidad exorbitante, que hacía dar vueltas a mi cabeza, y solo grababa imágenes del bus girando de forma bruta en el hielo, sin control, sin poder detenerse. Y ahí fue cuando sucedió precisamente esa ruptura del hielo - todo estaba físicamente destinado para que sucediera. Un bus del servicio de transporte público se nos cruzó levemente por la izquierda, y logré establecer un contacto visual con dos de sus pasajeros que se mostraban cansados, preocupados, pero ellos no parecían alarmados por la ruptura del hielo. 


Sobre quejarse (o sobrequejarse)


 Hace no mucho me di cuenta de que quejarse es nunca, o pocas veces, una buena práctica o solución para problemas en la vida. Me di cuenta de que no puedo simplemente dejar mis emociones desapercibidas en un rincón de mi mente, pues a veces se llena tanto que no me puedo concentrar en el momento o en lo que es realmente importante. Al recurrir a otras personas para desahogarse y entregarles todos nuestros problemas (como en algunos casos han sido mis papás, mis amigas más cercanas y mis primos) les estamos haciendo el rato que pasan con nosotros uno menos agradable de lo que podría ser al hablar de otros temas.


Pero no cabe malinterpretar la idea; hablar con alguien cercano de vez en cuando acerca de nuestros problemas puede ser muy bueno, generar confianza y ayudarnos a solucionarlos. Sin embargo, en el momento en el que esto se vuelve algo rutinario, ya no funciona. Terminamos llenando a los demás de jartera hacia nosotros, sin importar lo dispuestos que estén a hablar con nosotros. Lo último que quiero es que alguien me vea y lo primero que se le pueda venir a la mente sea “quejetas.” Por esto, tuve la idea de escribir. Es una forma de limpiar un poco la mente, reflexionar y a veces lograr mirar hacia el pasado a través de palabras… quien sabe, puede que en un par de años lea esto y me parezcan absurdas y completamente innecesarias mis quejas hacia la vida. 


El arte de fluir: un estado mental de concentración plena


Es posible que este sea el año indicado para empezar con otra mentalidad, ser más abierta al cambio y ponernme de cierta manera al a merced de las olas, de las oportunidades que me da el vasto mar de la vida para atrapar. Mi propuesta es la mentalidad del flow. Entrar en el flow es entrar en un estado en donde estás tan conectado con la actividad que estás haciendo, que las distracciones externas y los pensamientos negativos pasan a un segundo plano.


Estar en un estado así crea en nosotros conexiones neuronales y libera sustancias químicas beneficiosas (a ahondar próximamete). Se trata de proteger tu habilidad de concentración y de conentrarse en el momento presente y en la intención de lo que se está haciendo. Concentrarse en un mundo lleno de distracciones que provienen de las ciudades ocupadas, la tecnología y el multitasking que genera, nuestra tendencia a auto-declararnos las personas más ocupadas del planeta tierra (y nuestro orgullo en asumirlo) y nuestro ritmo de vida acelerado, es un reto gigante. 


Es como si el hecho de vivir en esta época implicara estar ocupado y moverse con inercia hacia adelante, enfrascados dentro de una rutina predeterminada. La rutina a veces promete productividad y éxito, pero ¿a costa de qué? A costa de nuestra salud física y mental, a costa de variedad en nuestro día a día. Por seguir el status quo sacrificamos la creatividad que teníamos en la infancia y el potencial artístico (en cualquiera de sus muchas representaciones) que existe en cada uno de nosotros. 


Me ha pasado que cada vez desconfío más de algunas de mis habilidades artísticas y de mi capacidad física. Son cosas que habría hecho sin esfuerzo antes, y que hoy en día me cuestan. Un niño con un lapiz hace trazos firmes y decididos en el papel. Nosotros, de adultos, nos sentamos en frente a un papel en blanco y nos aterrorizamos. Por más educación, experiencias de vida, ingenio o confianza creamos tener, la pureba del papel blanco demuestra que algo falta dentro de nuestra vida (o dentro de nuestra construcción de una vida con propósito y sentido).


Fluir es el arte del mejoramiento. Son periodos de intensa concentración, durante los cuales podemos explotar nuestro máximo potencial, dirigiendo nuestros esfuerzos con gran presición hacia lo que estamos haciendo en el momento. Paradójicamente, el tiempo pareciera detenerse… pero a la vez parece volar. Aunque la actividad que estemos haciendo sea retadora, pareciera volverse algo que hacemos sin esfuerzo. Explicándolo así suena contradictorio: es relajación combinada con intensidad. Pero se trata más de lograr un momento en el que, al hacer una actividad, logremos algo intrínsicamente gratificante: más que un resultado al final, una sensación durante. 


Pero ¿Para qué nos sirve entrar en un estado de flow? Principalmente, para involucrarnos en algo que nos genere felicidad, que nos mueva, y lograr realizar trabajo profundo y significativo. Nos sirve para ser dueños de nuestro proceso creativo. Nos sirve para entrar en una zona de aprendizaje, y posiblemente encontrar algo que nos transforme o que nos haga pensar de una manera diferente. Cuando pienso en alguno de mis hobbies (por ejemplo, correr), tengo objetivos claros y un sentido de progreso. En este caso, lo mido en distancia, resistencia y las sensaciones físicas y mentales que experimento al correr. Ser consciente de esas sensaciones ayuda a darle más propósito a las actividades que hacemos.

Fluir con una actividad es un emparejameiento de un reto y una habilidad. Es un reto, porque por lo general no se logra inmediatamente. Requiere un sentido de control personal y agencia sobre la acción que se está realizando. Claro, hay momentos de alta frustración. Pero alcanzar esa sensación del flow es lo mejor. Es satisfactorio, empoderador, motivante. 


Conectar el aprendizaje con métodos y mecanismos que sean disfrutables. Para el aprendizaje (en los colegios, digamos), se puede asociar con promover la elección de cada estudiante: darles opciones, ideas, y permitirles ser parte de su proceso de aprendizaje. O, de minimizar distracciones: cambiar el ritmo al que se hacen las cosas, para así tener menos tareas y más tiempo para lograr cada una de ellas. El flow es un proces de metacognición que implica establecer metas, evaluar las actividades y reflexionar sobre el progreso. Uno con uno. Pero con una mentalidad de crecimiento.






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